Autobiografía

Anahís Marín

Cuando asistí a la entrevista que hacían a los aspirantes a cursar este postgrado, la profesora Alejandra Fernández, me preguntó:
-¿Y cómo estás tú con la computadora, has chateado alguna vez?

Le dije simplemente: -Sí.

Y era verdad, yo manejaba la computadora aunque mínimamente: lo que hacía era chatear un poco, escribir textos en Word y buscar información en Internet. ¡Y eso era todo!

De manera pues, que cuando empezaron las clases me percaté de lo poco que sabía hacer con los medios y herramientas tecnológicas. Así, se me presentó la disyuntiva de aprender sobre la marcha el manejo de “las armas” o perecer en el intento.

Hoy día, con este curso de “Evaluación en Nuevos Ambientes Tecnológicos de Enseñanza y Aprendizaje” he aprendido un poco más en relación a este tema. Pero lo más importante, a mi juicio, que podemos decir en relación a este curso fue el grado de trabajo colaborativo que alcanzamos.

Las discusiones en línea y foro virtual me parecieron experiencias sumamente interesantes, no sólo por lo novedoso (al menos en mi caso), sino por lo enriquecedor que resulta nutrirse como estudiante y como profesional con las ideas del grupo y que a su vez los demás integrantes del grupo también enriquezcan sus ideas y puntos de vista con nuestro aporte.

En cuanto a los conocimientos sobre evaluación, debo decir que si bien manejaba algunos conceptos revisados en el semestre anterior, las lecturas realizadas durante este curso me permitieron profundizar sobre las formas innovadoras del proceso evaluativo.

También es importante señalar que durante la realización de algunas actividades hubo momentos de stress producto de la incertidumbre generada por las diferentes interpretaciones que cada uno de nosotros daba a la tarea por realizar. Sin embargo, siempre pudimos llegar a un consenso.

En fin, creo que el curso tuvo sus altas y sus bajas, sin embargo, lo importante es haber internalizado la importancia de la evaluación en ambientes tecnológicos de enseñanza y aprendizaje.